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Aprendizaje

Aprendizaje

Es un tanto difícil relatar eso ya que ni siquiera estoy seguro de como se está desenvolviendo en mi cabeza, iba a comenzar explicando porque no hay últimamente tanta actividad en este blog, pero siendo un poco realistas, ¿a quién le importa?.

Y bueno, es posible que esta historia siga sin ser de importancia para ninguno de ustedes, pero, si has leído hasta aquí no veo porque no termines de una vez, verás, soy un grandisimo hijo de puta, y aunque puede sonar extremadamente insultante, en realidad no me hace sentir tan mal, bueno, el hecho de poder decírmelo a mi mismo es un gran avance, tal vez si alguien más me lo dijera (por ejemplo «ella») me sentiría mucho peor.

Creo que eso puede tener algo que ver, y creo que ese fue el momento en el que comencé a «perderla», el momento en el que dejo de decirme las cosas que le molestaban, el momento en el que (estoy asumiendo) aceptó que soy un grandisimo hijo de puta y pensó «que va, no lograré nada tratando de hacerle entender que la está regando, mejor lo dejaré por la paz».

Tal vez el momento en el que pensó que no valía la pena que yo supiera que la estaba regando, fue también el momento en el que dejé de importarle, por ende, el amor todo aquello que habíamos compartido simplemente desapareció, pero creo que me estoy desviando mucho de la historia principal, o del cometido de esta entrada.

Y la cosa es así: si lees algunas de las entradas de este blog (o de mi otro blog), notarás que en muchas ocasiones he dicho «adiós, es para siempre, voy a ser feliz, es lo mejor, ya soy feliz» y si mejor aún lees entre líneas encontrarás un «estoy desesperado por poder seguir con mi vida y dejar de pensar en ti carajo», y me pasa algo medio chistoso, tal vez más común de lo que me imagino, hubo un tiempo en el que realmente me sentí feliz, en el que su presencia (en todas las formas que te puedas imaginar) no me hizo falta en lo absoluto, en el que las cosas me estaban saliendo bien y me sentía, así es, feliz.

Y sin duda creo que ese tiempo «separados» noz hizo darnos cuenta que no queríamos estar separados, que lo nuestro era estar juntos y compartir los besos, los abrazos (de extrañar), incluso hasta el día de la piedra, que por cierto no celebramos este año, y justo cuando estaba consiguiendo todo lo que quería, lo volví a tirar a la basura, volví a cambiarlo por un momento de éxtasis y pasión que en el fondo sabía que no me llenaría en lo absoluto, me emociona lo nuevo pero como casi todo, cuando deja de ser nuevo y excitante se vuelve aburrido y más rápido de lo que te puedes imaginar estás de vuelta escribiendo en la madrugada de cómo te gustaría no haber tirado por la borda esa oportunidad de recuperar lo que te hacía tan feliz.

Mi mente dice: «es hora de tomar las riendas, de asumir las consecuencias de mis actos y dejar de sufrir (realmente no estoy sufriendo) dejarla que sea feliz», si mi corazón pudiera hablar diría: «es hora de hacer las cosas bien, de luchar por el amor que no quieres que termine», pero creo que esta vez no hay vuelta atrás, y tal vez no la había desde Diciembre pasado, lo único que quiero (creo) es «closure», una despedida apropiada, dejar la mentalidad de quinceañeras y vernos, tomar un café y decirnos a la cara que se acabo, que fue la relación más magnífica del mundo, que cumplimos el propósito de nuestra relación, que tuve algo que ver con ella, que le dije cosas al oído, que toqué y le mordí los pies, que la besé en el ombligo carajo!

Nos hace falta madurez, ¿porqué es tan difícil aceptar (dados los términos anteriores leáse: cara a cara, sin gritos, lágrimas ni reclamos) que se acabo?, no es que sea el fin del mundo, no es que nuestra vida va a ser triste y miserable después de esto, ¿es acaso que no podemos aprender?

2 Comments

  1. Cecilia dice:

    Otra vez, gracias y me identifico. ¿Seremos Villegas acaso?

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